Senado inicia audiencia por la nominación al Supremo de jueza Coney Barret

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La nominada a la Corte Suprema, la jueza Amy Coney Barrett, escucha durante su audiencia de confirmación de la Comisión de Asuntos Jurídicos del Senado, en el Capitolio, Washington, el lunes 12 de octubre de 2020. Erin Schaff/The New York Times vía AP, Pool.

Conforme la Constitución, ella debe obtener el aval del Senado para entrar al templo del derecho estadounidense.

WASHINGTON.- El Senado de Estados Unidos aborda el lunes la audiencia de la jueza Amy Coney Barrett, nombrada por Donald Trump a la Corte Suprema a pesar de la oposición de los demócratas, que sin embargo tienen pocas herramientas para evitar su confirmación antes de las elecciones del 3 de noviembre.

La magistrada conservadora de 48 años fue seleccionada el 26 de septiembre por el presidente Trump para suceder al ícono feminista y progresista Ruth Bader Ginsburg, fallecida ocho días antes de cáncer.

Conforme la Constitución, ella debe obtener el aval del Senado para entrar al templo del derecho estadounidense, donde ya cinco de los nueve miembros son jueces conservadores.

Los demócratas reclaman esperar el veredicto de las urnas antes de buscar llenar ese puesto, designado de por vida y extremadamente influyente.

Barrett es de por sí bien vista en los círculos cristianos tradicionales, con los que comparte valores, empezando por una oposición declarada al aborto y una adhesión al concepto de pareja como la unión “de un hombre y una mujer”, según una carta enviada al papa en 2015

Católica practicante, madre de siete hijos, incluidos dos adoptados de Haití y un pequeño con síndrome de Down, en algún momento declaró tener por “causa” servir al “reino de Dios”.

Su pertenencia a un pequeño grupos de católicos, People of Praise, que siguen ritos alejados del canon oficial, es objeto de atención especial en los últimos días.

“Gente de fe”

Pero la magistrada, con una reputación de hacer argumentos jurídicos minuciosamente trabajados, afirma que sabe distinguir sus convicciones personales de su labor como jueza.

Ante los senadores, debería subrayar que se esfuerza siempre por hacer “todo lo posible para llegar al resultado requerido por la ley, cualesquiera que sean mis preferencias personales”.

“Las cortes no están hechas para resolver cada problema o corregir cada error en nuestra vida pública. Las decisiones de política pública (…) deben tomarse por las ramas políticas que son elegidas y rinden cuentas al pueblo”, debería decir en su presentación, publicada por varios medios.

Además del desempeño de Barrett en la audiencia, los observadores también estarán atentos a una integrante en particular de la comisión judicial, encargada del interrogatorio: la senadora Kamala Harris, compañera de fórmula de Biden.

Los defensores de la magistrada consideran que es víctima de hostilidad por su devoción.

“Los ataques permanentes de los demócratas en el Senado y los medios sobre la fe de la jueza Barrett son una vergüenza”, dijo el líder de la mayoría republicana en la Cámara Alta, Mitch McConnell.

“Esperamos que reciba una audiencia justa y que no veamos el tipo de ataques contra su fe cristiana”, apuntó el vicepresidente, Mike Pence, durante su debate con Harris.

Diario Las Américas (Con información de AFP)

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