Los aliados de izquierda de Biden presionan para darle más protagonismo al cambio climático en la ley de infraestructura

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El Presidente Biden habla en la Cumbre de Líderes sobre el Clima. 22 de abril 2021. (Youtube/CNBC Television)

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Redacción BLes– Los demócratas del Senado que representan a los sectores de izquierda más radicalizados, amenazaron con no aprobar el proyecto de ley de infraestructura impulsado por la Casa Blanca si se omiten ciertas disposiciones climáticas, ya que aseguran que el asunto del cambio climático se ha desvanecido en la discusión y debería tener un lugar central.

Muchos demócratas han comenzado a manifestar su preocupación y ejercer presión respecto a que el cambio climático no sea parte de las conversaciones durante las disputas sobre el proyecto de infraestructura.

En un evento por el cambio climático, el senador demócrata Martin Heinrich dijo:

“La Casa Blanca y el Congreso Demócrata deben mantenerse firmes en las disposiciones climáticas reales, significativas, audaces y sustanciales que el presidente Biden propuso en su Plan de Empleo Estadounidense. Hay poco apetito en nuestro caucus por un plan de infraestructura que ignore la crisis más grande, la crisis más existencial que enfrentamos”, reportó Breitbart.

Heinrich también mencionó la situación en un tuit amenazante:

“Un paquete de infraestructura que se enfoque en el clima y la energía limpia no debería contar con todos los votos demócratas”.

El senador demócrata de Colorado Michael Bennet se sumó al tuit de Heinrich,  escribiendo: “Colorado y Nuevo México comparten un objetivo. Estoy totalmente de acuerdo con mi amigo @MartinHeinrich”.

Más directo aún resultó el mensaje del demócrata Ed Markey, quien el miércoles 9 publicó: “Sin clima, no hay acuerdo”.

Las presiones de los legisladores vienen luego de un mensaje emitido por la asesora climática nacional del presidente Joe Biden, Gina McCarthy, quien dijo el martes que algunas de las propuestas para combatir el cambio climático podrían quedar fuera del paquete de infraestructura, aunque la administración no renunciará a su búsqueda de las medidas para impulsar la energía verde para reducir los gases de efecto invernadero, informó Político.

A pesar de todo, McCarthy aseguró que el presidente Biden está haciendo lo imposible para incluir la mayor cantidad de medidas para combatir, supuestamente, el cambio climático. Según la asesora, estarían encontrando una gran resistencia entre los sectores republicanos, que con razón desconfían de las medidas que pretenden implementar los izquierdistas para combatir el cambio climático, sabiendo que las mismas pueden producir realmente una disrupción total del sistema productivo tradicional estadounidense.

El presidente recientemente canceló las negociaciones con los republicanos del Senado que estaban impulsando un proyecto de ley más pequeño que carecía de incentivos climáticos.

El senador John Barrasso, republicano por Wyoming, que estuvo entre el grupo de republicanos que discutieron con Biden el proyecto de infraestructura, dijo que Biden estaba intentando “satisfacer una agenda insaciable de extrema izquierda que exige aumentos masivos de impuestos y gastar billones de dólares en cosas no relacionadas con la infraestructura física”.

La propuesta de Biden por el proyecto de infraestructura continuará debatiéndose entre los pasillos del congreso. Con una mayoría demócrata mínima, y con los republicanos en contra del proyecto, Biden seguramente deberá seguir la presión de los grupos más radicalizados que plantean la imposición de la “revolución verde”, a través de la cual  proponen el objetivo de eliminar los combustibles convencionales (es decir, el petróleo, el gas natural y el carbón) para el año 2030.

Algunas medidas ya comenzaron a aplicarse, tales como la suspensión del megaproyecto del oleoducto Keystone y la suspensión de arrendamientos de tierras estatales para explotación de gas y petróleo. Lo cual ya comenzó a impactar tanto en el alza del petróleo, como en la reducción de puestos de trabajo.

De continuar con la agenda verde progresista, el impacto en la economía estadounidense podría ser catastrófico para las futuras generaciones.

 Andrés Vacca– BLes


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