Ya se puede ver a padres y abuelos orgullosos compartiendo fotos del primer día de escuela de sus hijos y nietos. Y a medida que los estudiantes vuelven a clase, muchos estados están dando marcha atrás, le están diciendo a la administración Obama que su plan educativo federal no es adecuado para sus estudiantes.
Cualquiera que haya dado clases sabe lo diferentes que son los niños de una escuela a otra, incluso de una clase a otra. Los profesores comprenden que el contenido, los métodos y las evaluaciones que usen diferirán dependiendo de la composición de la clase. Una profesora podría dar su clase de Álgebra II de las 9:40 de la mañana de forma diferente a la clase de Álgebra II de las 13:40. Y tomará esa decisión basándose en el ritmo de aprendizaje de sus estudiantes y sus niveles de comprensión.
Los niños tienen necesidades y sueños diferentes. ¿Están trabajando en sus clases de cálculo avanzado con la esperanza de acudir a una universidad exclusiva o se están planteando utilizar las habilidades matemáticas que adquieran en la escuela secundaria en un trabajo técnico poco después de graduarse?
La Iniciativa para unos EstándaresCentrales Comunes Estatales (encaminada a establecer unos estándares y exámenes nacionales para los que se han de preparar todos los niños que acudan a la escuela pública) no tiene en cuenta la naturaleza única de la enseñanza y el aprendizaje, así como el hecho de que la educación es un asunto básicamente local.
La administración Obama ha tratado de atraer adeptos a los Estándares Comunes uniendo la aceptación de éstos por parte de los estados a la financiación y las dispensas en materia educativa.
Como alertó recientemente el senador Marco Rubio en una entrevista con Hugh Hewitt:
…el gobierno federal nunca sabe cuando parar. Cuando toma algo, nunca lo devuelve y, francamente, no creo que necesitemos una Junta Escolar Nacional. Pienso que tenemos juntas escolares locales por una razón, porque es ahí donde los padres pueden influir más en el proceso y obtener mejores resultados.
Pero lo que la administración Obama quiere para los niños americanos no es inevitable. Afortunadamente, los responsables locales y estatales preocupados por el impacto de los Estándares Comunes han empezado a ejercer presión.
Después de hacer una “pausa” en la puesta en marcha de los Estándares Comunes, Indiana va a abandonar, como miembro de gobierno, los exámenes nacionales de los Estándares Comunes. Alabama, Oklahoma y Georgia han abandonado ya esos exámenes nacionales. Y Utah se retiró el año pasado de uno de los consorcios de exámenes.
Existen indicios de que otros estados están cada vez más preocupados por la ofensiva a favor de unos estándares nacionales. Un legislador de Ohio tiene una propuesta para derogar los Estándares Comunes y Florida y Arizona han expresado su preocupación por el costo de la iniciativa.
Todas estas son medidas iniciales positivas. Pero para garantizar la excelencia en la educación, los estados deberían rechazar por completo la idea de los estándares nacionales. Puede leer aquí la propuesta de la Fundación Heritage sobre cómo se podría empezar.
Estados Unidos ha llegado a una encrucijada en su política educativa. Un camino lleva hacia la opción escolar y la personalización; el otro hacia la centralización y la uniformidad. Si nuestro objetivo es una enseñanza centrada en el alumno, únicamente el camino hacia la opción escolar nos llevará a él. Y eso incluye la libre opción escolar en cuanto a estándares y evaluaciones.