La libre empresa y los sindicatos en los Estados Unidos

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Los sindicatos de los Estados Unidos han hecho grandes contribuciones para mejorar las condiciones de empleo de los obreros y ayudar a la sociedad. Muchas de las protecciones, salarios y beneficios que tienen los trabajadores actualmente son el resultado de duras batallas, luchas y sacrificios peleadas por los sindicatos durante el siglo XIX y principios del siglo XX. Sin embargo, los sindicatos frecuentemente aumentan los costos dañando la competitividad y retardando la innovación y a veces aumentando exigencias monetarias que han llevado a grandes compañías a la bancarrota. Recordemos las poderosas aerolíneas que quebraron a pesar de haber sido muy exitosas durante muchos años. Entre las líneas aéreas que quebraron están Pan American y Eastern.

El sindicato United Auto Workers (UAW) o Trabajadores de Automóviles Unidos logró altos sueldos y beneficios para los trabajadores en las fábricas de autos de la nación durante muchos años sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. En esa época nuestro país era único en el mundo que estaba intacto. Japón y Alemania eran escombros y nuestros aliados europeos estaban en bancarrota y habían sufrido enormes destrozos durante la guerra. Cuando estas naciones se recuperaron con nuestra ayuda se convirtieron en nuestros competidores a nivel mundial. China prosperó enormemente al implantar medidas capitalistas dentro de su sistema opresor totalitario.

Muchas de nuestras industrias con fuertes uniones, como la de automóviles, no pudieron competir con sus altos costos de producción y falta de calidad con Japón y países europeos. La compañía Chrysler, que fue la tercera empresa automovilística más grande del mundo, quebró en el 2009 y se tuvo que acoger a la ley de quiebras.  El gobierno federal contribuyó con 1.3 billones de dólares para salvarla. Posteriormente el grupo Fiat compró la Chrysler. Como otras compañías, Fiat comenzó a construir jeeps en China.

La General Motors (GM) también se fue a la bancarrota en el 2010. Una vez más el gobierno de Barack Obama vino a su rescate e invirtió billones de dólares en la  General Motors. Recientemente esta compañía financió una película donde se elogiaba la historia del partido comunista chino, a pesar de que la implantación del comunismo en China le costó la vida a más de 40 millones de chinos. Es increíble que con nuestro dinero de los contribuyentes de nuestra nación esta multinacional ha hecho una cosa tan vergonzosa. Parece que nuestros ejecutivos de las multinacionales han perdido sus valores morales y actúan en contra de la seguridad de los Estados Unidos.

La General Motors también mudó la mayoría de sus fábricas a China. La GM invirtió 250 millones de dólares para construir un centro de investigación en Shanghái, China donde hará investigaciones sobre automóviles eléctricos e híbridos. Hoy en día esta multinacional construye la mayoría de sus automóviles en fábricas en China. La GM proyecta que para el 2015 fabricará 5 millones de automóviles en esa nación.

Muchos contribuyentes se han preguntado si los billones empleados para el rescate de estas dos compañías automovilísticas han sido para beneficio de China y no de los obreros de nuestra nación. Desgraciadamente nuestras multinacionales que invierten en China le brindan a esta nación toda nuestra tecnología e investigaciones de gratis. Aparte de las compañías automovilísticas, multinacionales como la Boeing y la General Electric construyen más fábricas y centros de investigaciones en esta nación.

Como si esto no fuera suficiente, China nos roba nuestros secretos industriales y militares con guerra cibernética y desgraciadamente el gobierno de Obama ha hecho muy poco por detener. También esta nación está en guerra de divisas y devalúa su moneda artificialmente para evitar que nuestros productos penetren el mercado chino. Si esto continúa durante varios años más nuestra nación no podrá competir con China y militarmente pudieran dominarnos. China nos ha vendido miles de partes electrónicas falsas que el Pentágono instaló en helicópteros y aviones de combate y en misiles. Además China nos ha vendido computadoras, routers y chips que se pueden a auto destruir  si algún día China apretara un botón especial para dejarlas de funcionar. Todo esto ha sido documentado por un experto en seguridad nacional Richard Clark en su libro Guerra cibernética, la nueva amenaza para nuestra seguridad nacional.

La realidad es que muchas de nuestras compañías que pagan altos sueldos y generosos beneficios a sus empleados no pueden competir con países como China, México, Brasil, India y muchos más donde la mano de obra es muy barata. Además no existen regulaciones fuertes sobre el medio ambiente ni sindicatos fuertes que demanden constantemente aumento de salarios para sus miembros en estos países. Al irse a la bancarrota muchas de nuestras compañías despiden a todos sus empleados y ejecutivos y otras que sobreviven despiden a muchos de sus empleados y trasladan sus fábricas a otros países como China y la India.

Lo cierto es que los intereses de los líderes de los sindicatos frecuentemente pueden divergir de los intereses de los mismos trabajadores a los que, supuestamente, sirven. También los intereses de estos líderes pueden estar en contra de las empresas que emplean a sus miembros y del pueblo en general. Bajo el gobierno de Obama las corporaciones están muy preocupadas porque una importante agencia federal, dominada por radicales de extrema izquierda, los hostigue, actúe en forma arbitraria o no tenga respeto por la ley. Esto ha ocurrido frecuentemente con las decisiones arbitrarias e injustas del “National Labor Relations Board” (NLRB), o en español la Junta Nacional de Relaciones Laborales.

Obama nombró a líderes radicales de sindicatos a esta importante agencia federal. La junta de la NLRB, en vez de solucionar problemas entre las empresas y  los sindicatos, lo que ha hecho es sembrar el caos. Por ejemplo, la NLRB presentó una demanda judicial contra la Boeing, la empresa que más exporta en esta nación, por querer abrir una fábrica de millones de dólares y haber contratado a más de 1,000 nuevos empleados en South Carolina, un estado que mantiene el “Right-to-Work” (Derecho-al-Trabajo). Este estado ganó la demanda del gobierno federal y pudo establecer las fábricas de la Boeing. Es increíble que el gobierno federal del presidente Obama hostigue a estados de nuestra nación. En los estados que tienen leyes de derecho-al-trabajo, los empleados no están obligados a pertenecer a un sindicato. En los estados donde no existen estas leyes, los trabajadores son obligados a pertenecer a sindicatos.

A la Junta Nacional de Relaciones Laborales le molestó que la Boeing estableciera fábricas en un estado donde los obreros no se veían obligados a pertenecer a un sindicato. Esta acción de la agencia federal atentó contra la libre empresa y, por supuesto, Obama la apoyó. ¿Cómo es posible que una agencia del gobierno federal le dicte a una empresa privada donde abrir sucursales o establecer industrias? Esas acciones caracterizan a países socialistas o comunistas y no a naciones de libre empresa como la nuestra. Desgraciadamente, con Obama de presidente, poco a poco estamos perdiendo nuestra libertad. Quien no respeta la Constitución, no valora tampoco la libre empresa. Barack Obama se ha convertido en el presidente más anti negocios de nuestra historia. Es imposible ser anti negocios y pro empleos. Por eso nuestra economía no mejorará mientras el presidente Barack Obama ocupe la Casa Blanca.

Que hubiera ocurrido si Mitt Romney hubiera sido nuestro presidente

De haber ganado Mitt Romney la presidencia el hubiera tomado  los siguientes pasos en política laboral:

  • Nombraría a la NLRB a personas con experiencia y que respetan el estado de derecho.
  • Enmendaría la NLRB con el fin de proteger el derecho de los dueños y ejecutivos de corporaciones a asignar su capital como ellos consideren conveniente.
  • Revertiría las órdenes ejecutivas emitidas por Obama que inclinan las reglas del juego a favor de los sindicatos.
  • Enmendaría la NLRB para garantizar la boleta secreta en cada elección de certificación para los sindicatos. El presidente Obama, apoyado por los grandes sindicatos, trató de pasar la ley llamada “Employee Free Choice” o “Card Check”, la cual de libertad no tiene nada. Esta medida cambiaría el voto secreto. Cuando los empleados fueran a escoger o rechazar un sindicato en la empresa donde ellos trabajen, y obligaría a los obreros a votar en público para que de esta forma los líderes de los sindicatos pudieran intimidarlos. Obama no pudo pasar esta ley por el Congreso. De haber tenido éxito, esta ley hubiera expandido el poder de los sindicatos y los enormes fondos de los mismos, los cuales siempre apoyan al Partido Demócrata. Este proyecto de ley es otra medida de Obama para reducir la libertad de los trabajadores de la nación.
  • Apoyaría a los estados que quieran pasar leyes de derecho- al-trabajo.
  • Prohibirá el uso para propósitos políticos de fondos automáticamente deducidos de los sueldos de los trabajadores. En los estados que no tienen la ley de Derecho-al-Trabajo, los sindicatos pueden tomar dinero directamente de los sueldos de los trabajadores y gastarlo en la política. Muchos trabajadores resienten que los sindicatos usen su dinero para elegir políticos que ellos no apoyan.

La ley del derecho- al-trabajo

Las personas que apoyan la ley del derecho-al-trabajo señalan que nuestra Constitución le da al pueblo el derecho de la libre asociación y en los estados donde no existe esta ley, los obreros arbitrariamente les quitan su dinero y los obligan a pertenecer a sindicatos. Muchos estados, como Indiana, se han dado cuenta que  donde no existe la ley del derecho-al-trabajo se daña a las corporaciones y se aumenta el desempleo. En este estado la legislatura y su gobernador aprobaron en febrero de 2012 esta ley donde el obrero no está obligado a pertenecer a un sindicato.

El 11 de diciembre de 2012 Michigan aprobó la ley del derecho-al-trabajo con la masiva oposición de los sindicatos y del presidente Obama. Las uniones  llevaron a miles de sus miembros a protestar en el Capitolio de ese estado e inclusive hubo violencia en la manifestaciones de estos obreros. Previamente en el estado de Michigan una propuesta que incorporaría a la constitución de ese estado la prohibición permanente de la ley del derecho-al-trabajo fue derrotada en noviembre de 2012 con una votación de 58% a 42%. Michigan se convirtió en el estado número 24 en aprobar esta legislación donde los obreros no serán obligados a pertenecer a uniones ni a contribuir dinero a las mismas.

Los sindicatos no han querido ajustarse a un nuevo mundo que a través de la globalización todo ha cambiado. Lo cierto es que los estados que tienen la ley de derecho-al-trabajo tienen un desempleo del 6.9 por ciento y los estados que no tienen estas leyes existe un desempleo de 8.7 por ciento. Muchos obreros resienten que en contra de su voluntad les quiten su dinero y se lo entreguen a los sindicatos que cada vez más están controlados por socialistas y marxistas y que en varios casos tienen líderes corruptos. En una época los líderes de las uniones de los Estados Unidos eran anticomunistas. Desgraciadamente muchos de los sindicatos fueron penetrados por marxistas y socialistas. También obreros que son del Partido Republicano o no pertenecen a ningún partido resienten que con su dinero las uniones contribuyen con millones de dólares para elegir a congresistas demócratas y al presidente Obama. Muchos de estos obreros, como muchas personas de nuestra nación, están altamente preocupados por el deseo del presidente Obama de llevarnos al socialismo o algo peor.

Obama y los sindicatos radicales que lo apoyan

En una reciente encuesta de Gallup, el 51% de los estadounidenses indicaron que “los sindicatos mayormente dañan a la economía”. En 1950 la membresía en los sindicatos en el sector privado era de un 36%. Actualmente, los sindicatos tienen una membresía de un 7% en el sector privado. Desde que se inició en la política Obama ha tenido el fuerte apoyo de sindicatos controlados por marxistas, socialistas y radicales.

Una unión en particular, Service Employees International Union (SEIU), le ha dado un inmenso apoyo a Obama desde que se postuló por primera vez al Senado por  el  estado de Illinois en 1995. Esta unión con líderes de extrema izquierda ha trabajado muy de cerca con el partido Democratic Socialist of America (DSA) y con la organización marxista ACORN. Durante la campaña presidencial de 2008 el sindicato SEIU le donó a Obama $60 millones y $85 millones a candidatos socialistas dentro del Partido Demócrata. La SEIU le brindó a Obama 100,000 voluntarios y 3,000 personas que trabajaron a tiempo completo en su campaña. El que fue líder de esta unión por 14 años, Andy Stern, visitaba a Obama en la Casa Blanca una vez a la semana y pudo colocar muchos miembros de su unión dentro de la Casa Blanca y en otras agencia federales. Stern fue uno de los que propuso el Obamacare y, por supuesto, trató de que Obama pasara la ley “Card Check”.

Los grandes sindicatos fueron  vitales para la campaña de reelección de Obama. Al ser  reelecto presidente, Obama fortalecerá a los sindicatos a costa de las empresas y los trabajadores. Con Obama de presidente durante cuatro años más y con las presiones de los sindicatos, su gobierno, lejos de contribuir a la recuperación económica, dañará la inversión y la creación de empleos.

Frank de Varona


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