Hace pocos meses sostuve una polémica con el autor y ensayista Carlos Alberto Montaner sobre el futuro de los Estados Unidos. La opinión de Montaner se basaba en la preeminencia económica y el mantenimiento de la continua posición de liderazgo de América en el concierto internacional. Su visión era bastante más optimista que la mía. Quien convenciera a un mayor número de lectores en ese debate solo lo sabrá Dios y en realidad carece de mucha importancia, pues no se trataba de una competencia personal. Estoy seguro que Montaner coincide en esto conmigo. Lo fundamental era traer a colación los más importantes elementos de juicio para escudriñarlos serenamente. Como que fui yo quien iniciara el debate, debo confesar que omití un capítulo fundamental. Estas notas quizás contribuyan a corregir mi olvido.
Aunque trato de no generalizar, pues estaría cayendo en el mismo error que siempre he criticado, no es un secreto que el conocimiento social e histórico de la mayoría norteamericana está en medio de un proceso regresivo. El individuo como núcleo social se va diluyendo cada día más a medida que nuestros centros de enseñanza se ven más influenciados por la hipocresía del colectivismo de lujo.
Deposito sobre el tapete algunos temas que creo abren una pequeña brecha desde donde otear el futuro americano. El síntoma más reciente a nivel local, tanto para Montaner como para mí, es la súbita presencia de un elemento muy proclive al marasmo intelectual totalitario: la disolución del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami.
No hay necesidad de repetir aquí el pasado radical del nuevo Presidente de U.M. Julio Frenk y su reciente decisión de despedir de un plumazo a todo el claustro de ICCAS en la Universidad de Miami. Ya escribí sobre este galeno-burócrata-socialista y antiamericano. Por su parte el Profesor José Azel usando la acerada lógica que siempre caracteriza sus trabajos, emplazó a Jacqueline Menéndez, Vicepresidenta de la Universidad de Miami a cargo de Comunicaciones.
Menéndez, en un intento absurdo de refutar lo declarado por el Dr. Jaime Suchliki, despedido Director de ICCAS, tuvo el impudor de afirmar que su jefe no tenía planes de desbandar esa institución y que lo único ocurrido era el “retiro” de Suchliki, efectivo el día 15 de agosto (hoy), sin mencionar que todo el resto del claustro de ICCAS había sido también “retirado”.
En mi opinión esta repugnante movida puede tener una implicación aún más siniestra que el mero desbande de un organismo dedicado a difundir la ingrata, trágica realidad histórica de Cuba de los últimos 58 años. Quizás después de todo, el propósito real de estos abanderados de la “revolución” furtiva sea mantener ICCAS, pero bajo una “políticamente correcta, nueva y más balanceada administración”. ¿Quiénes serían los noveles “historiadores y sociólogos” de ICCAS?
No vivo en Miami, pero no es necesario hacerlo para leer el nítido letrero en la pared. El “Presidente interino” de ICCAS es el Dr. Andy Gómez, quien al presente se dedica a promover visitas turísticas a los predios castristas y participar prominentemente de ellas. Este graduado de Harvard y fundador de ICCAS podrá tener infinidad de méritos, pero entre ellos ya no se cuenta el de ser desterrado cubano.
El dominio ya casi universal de los claustros universitarios de Estados Unidos por una izquierda fanática e incapaz de tolerar ideas y conceptos que no concuerden a su ideología y planes totalitarios, es el nuevo “gorila de quinientas libras en el cuarto”. Los motines y actos vandálicos contra la libre expresión demuestran que enfrentamos criminales amantes de la esclavitud, no individuos con una opinión diferente del contrato social.
Otro ejemplo de la decadencia de esta nación reside en la judicatura y en especial en los jueces federales, quienes a diferencia de los estatales no dependen del respaldo electoral de aquellos a quienes juzgan, pues son designados por el poder ejecutivo. Algunos tribunales están compuestos por individuos quienes cotidianamente deciden a favor de una agenda estatista y contraria al libre arbitrio del individuo. La Corte de Apelaciones del Noveno Distrito es un ejemplo vivo de ello.
La sentencia de culpabilidad contra el antiguo Sheriff del Condado de Maricopa en Arizona es un caso flagrante de vendetta contra un agente de la ley, quien decidiera conformar sus funciones a los preceptos de la constitución antes que la corrección política. Joe Arpaio fue encontrado culpable de desobedecer órdenes por un juez federal.
El viejo Sheriff puede ser sentenciado a seis meses de prisión. Sin embargo, acabo de recibir un informe que no he podido confirmar sobre el Presidente Trump extendiendo perdón ejecutivo a Joe Arpaio. De ser cierto, ¡enhorabuena!
Una noticia positiva confirmada es el súbito cambio de planes sobre Guam de Kim Song Un, el ridículo porcino fanfarrón (pero armado de arsenal nuclear), heredero de la delincuente dinastía que asola al estado artificial llamado “Corea del Norte”. Esa es una muy buena nueva. Pero constituye el único éxito tangible en medio de múltiples desastres.
El futuro aún está lleno de desafíos. La educación colectiva es el peor de ellos. La escasísima información que se filtra a los hijos de familias de “cuello azul” es de una deficiencia increíble. El Departamento Federal de Educación es la clásica quinta rueda del carro. La cuarta parte de su presupuesto, repartido proporcionalmente a la población americana entre los cincuenta estados, elevaría la educación pública a un nivel muy superior al presente.
Nuestra deuda nacional aún es de veinte mil millones (trillones en inglés). Nuestro balance comercial continúa en el rojo. Nuestra posición es aún de liderazgo en el concierto mundial, pero va reduciéndose.
Nuestras fuerzas armadas fueron afectadas negativamente durante los pasados ocho años. Esfuerzos por rehabilitarlas están en camino, pero lo que se destruye en ocho años no se repara en seis meses.
El senado federal no ha sido capaz de librarnos de la estafa cruel del Obamacare, ni de efectuar la tan necesitada y prometida reforma de impuestos. Mientras tanto un electorado ignorante parece indiferente a una realidad tan adversa.
La democracia solamente funciona con eficiencia cuando los votantes y los candidatos tienen suficientes elementos de juicio y son responsables sobre los asuntos que afectan sus intereses tanto presentes como futuros. Esa realidad se hizo bien evidente con el Senador demócrata Joe Manchin de West Virginia. Manchin afirmó públicamente que le importa una mierda si es o no reelecto al senado. “¿Qué les parece eso?” dijo Manchin a la prensa recientemente.
Recordemos que democracia y libertad no son sinónimas. Hace algún tiempo leí una definición de democracia que me dejó pensando: “Democracia es una discusión entre dos lobos y una oveja sobre lo que van a almorzar ese día”.
Fuente: La Nueva Nación