El uso de armas es uno de los temas más controversiales en Estados Unidos. Los defensores alegan que es constitucional y que el control de armas no previene los tiroteos y asesinatos en masa. Los oponentes claman lo contrario y abogan por la eliminación de las armas.
En Estados Unidos la posesión de armas es legal; sin embargo, no todos comparten este criterio. En medio de esta controversia existe un derecho que no se puede negar en un país libre y democrático; me refiero al derecho a la autodefensa.
La Segunda Enmienda de la Constitución protege el derecho de los ciudadanos a tener y portar armas. La Enmienda fue aprobada el 15 de diciembre de 1791. Posteriormente, La Corte Suprema decidió que ese derecho “pertenece al individuo”.
¿Porqué los padres fundadores adoptaron la Segunda Enmienda? La enmienda fue basada en la declaración de los derechos de Inglaterra de 1689. William Blackstone, jurista británico que influenció en la creación de la Constitución de Estados Unidos, describió el “derecho natural” del individuo a la autodefensa, a la resistencia a la opresión y a la obligación cívica de actuar en defensa del Estado.
Durante la ratificación de la Constitución, James Monroe, el quinto presidente de Estados Unidos, calificó el derecho a tener y portar armas como un “derecho humano”. Monroe también propuso que el derecho sea añadido a la Constitución.
La Segunda Enmienda es, esencialmente, el derecho a la autodefensa otorgado a los ciudadanos por la Constitución. Con el transcurso de los años los estadounidenses usaron este derecho no sólo como protección personal, pero también para practicar deportes de caza y tiro.
Estados Unidos fue el primer país del mundo en implementar el derecho a la autodefensa a través de una enmienda constitucional. Bajo diferentes regulaciones, otros países han adoptado leyes que permiten a sus ciudadanos poseer armas; entre ellos, Suiza, Panamá, República Checa, México y Guatemala.
El derecho de la Segunda Enmienda se convirtió en parte de la cultura estadounidense. Aproximadamente el 50 % de los hogares poseen armas de fuego. Estados Unidos es el país donde existen más armas en manos de la población civil. Se estima que por cada 100 personas, hay 90 armas. El segundo país es Suiza, donde existen 46 armas por cada 100 personas.
Desafortunadamente, los asesinatos cometidos con armas de fuego en los últimos años han puesto en tela de juicio uno de los derechos más importantes de la Constitución Americana.
Según los defensores de la Segunda Enmienda, la prohibición de armas priva al ciudadano de un derecho constitucional. Por lo tanto, muchos se preguntan como es posible defenderse cuando no está permitido usar armas en lugares considerados “Zonas libres de armas” (“Gun-free zones”).
Uno de los mejores ejemplos fue el asesinato en masa cometido por el terrorista Omar Mateen en la discoteca Pulse de Orlando, Florida. Durante la masacre, perpetrada el 12 de junio de 2016, no hubo una persona armada capaz de detener al atacante. El terrorista tuvo tiempo necesario para terminar con la vida de 49 personas. Aún más, Mateen hizo llamadas de teléfono mientras asesinaba a sus víctimas a sangre fría. La discoteca Pulse estaba localizada en un área considerada “libre de armas”.
Otro ejemplo fue la matanza de 14 personas en una fiesta de Navidad el 2 de diciembre de 2015 en San Bernardino, California. Los terroristas, Syed Rizwan Farook y Tashfeen Malik, abrieron fuego por varios minutos sin enfrentar ninguna oposición. El tiroteo en San Bernardino ocurrió en otra área “libre de armas”.
La reciente masacre en la escuela de Parkland, Florida, fue otro ejemplo. Nikolas Cruz, un joven con antecedentes de problemas mentales, asesinó a 17 personas. El atacante disparó por 4 minutos sin enfrentar ningún tipo de resistencia. La mayoría de las víctimas fueron menores de edad. La escuela de Parkland es también considerada área “libre de armas”.
Me hago una pregunta: ¿Cuantas vidas pudieron salvarse si una persona o un guardia armado hubiera detenido a los atacantes en los ejemplos mencionados arriba? Los opositores a la Segunda Enmienda no lo ven así. Para ellos el problema radica en las armas, no en la falta de protección ni en el asesino.
Según los proponentes de la Segunda Enmienda, el uso de armas salva vidas. En este país cada año más de dos millones de personas usan armas como autodefensa. En base a estos números es razonable concluir que es mucho más frecuente usar armas de fuego para proteger vidas y evitar crímenes que para cometer asesinatos. La gran mayoría de personas que usan armas como autodefensa lo hacen sin herir al agresor; ya sea mostrando el arma o dando un tiro de advertencia.
En Estados Unidos más de 200.000 mujeres usan armas cada año para protegerse de abusos sexuales. Los estados que permiten el uso oculto de armas tienen menos asesinatos, violaciones, robos y asaltos. Además, múltiples reportes han demostrado que los criminales evitan ciudadanos armados. La razón es simple, los asesinos no quieren ser las víctimas.
Es imperativo reconocer la importancia de los chequeos y la necesidad de un control estricto en la venta y el uso de armas; sin embargo, abolir la Segunda Enmienda o confiscar las armas es simplemente eliminar el derecho natural del ciudadano a la autodefensa. Un derecho que no existe en países totalitarios como Cuba y Venezuela.
Los oponentes a las armas ignoran algunos hechos importantes. Aunque los tiroteos en masa han aumentado en los últimos años, Estados Unidos (a pesar de poseer más armas privadas que otros países del mundo) ha tenido menos asesinatos per cápita comparado con otras naciones desarrolladas; incluyendo Francia, Suiza, Finlandia, Bélgica, República Checa y Noruega. Un estudio de 6 años de los tiroteos en el mundo publicado por Crime Prevention Research Center reportó que Estados Unidos ni siquiera está entre los 10 peores países del mundo. El 98 % de los tiroteos en masa en este país ocurren en lugares donde las armas están prohibidas. El control de las armas y las áreas designadas “libres de armas” no han podido prevenir las masacres en masa.
Muertes anuales por tiroteos en masa en EEUU, Europa y Cánada.
Lamentablemente, mientras los políticos y las autoridades respectivas sean incapaces de reconocer que el uso indebido de las armas va más allá de las armas, los tiroteos en masa continuarán en Estados Unidos.
Las masacres en masa no sólo han sacudido al país, pero también han puesto en riesgo el derecho a la autodefensa. Los oponentes de la Segunda Enmienda continúan politizando los tiroteos, mientras ignoran múltiples factores asociados a conductas violentas de ciertos individuos.
Las evidencias son abrumadoras, la prohibición de las armas en áreas públicas no ha reducido las masacres en masa. Al contrario, ha dejado a ciudadanos indefensos a merced de asesinos y terroristas.
¿Donde está el derecho a la autodefensa que el país heredó de los Padres Fundadores?
Los políticos y las autoridades policiales deberían identificar las causas asociadas con la violencia y el uso de las armas y garantizar la proteccion adecuada en lugares públicos en lugar de remover el derecho constitucional a la autodefensa del ciudadano estadounidense.