Donald Trump (R) celebró en la Torre Trump su gran victoria en la primaria de Nueva York. “Es realmente bonito ganar los delegados ganando los votos,” dijo el magnate inmobiliario.
“Nadie debería coger delegados y reclamar la victoria salvo que consiga esos delegados mediante los votantes y las elecciones, y eso es lo que va a ocurrir,” anticipó. “La gente no va a apoyarlo. Es un sistema fraudulento y vamos a volver a la manera clásica. Se llama, ‘votas y ganas.'”
“Ya no tenemos una competición,” dijo, porque “el Senador Cruz acaba de ser matemáticamente eliminado” de la lucha por convertirse en el nominado republicano antes de la convención.
Trump pronosticó más victorias en las próximos primarias. “Creo que vamos a hacernos muy fuertes en las próximas dos semanas,” dijo.
Repasó brevemente sus planes para la nación: su intención de traer de vuelta los trabajos a EEUU y reconstruir el ejército. “Vamos a ser, legitimamente, muy grandes otra vez,” dijo.
El candidato republicano habló menos de diez minutos y no aceptó preguntas. Se acabaron sus interminables ruedas de prensa. Ahora su campaña está tomada por consultores del establishment (con sus pros y sus contras).