Demócratas y el racismo como arma política

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Joe Biden, Barack Obama y Hillary Clinton.

El racismo se ha usado y se seguirá usando por los demócratas como un arma política poderosa y conveniente – aunque hipócrita – para  proyectar una imagen anti racista que no concuerda con la historia de EEUU.

En Estados Unidos, el racismo es un arma política efectiva y usada con frecuencia. La acusación de racismo se vende bien en los medios de comunicación y los políticos demagogos saben cómo y cuándo usarla.

Por décadas los demócratas han acusado a los republicanos de ser racistas; sin embargo, la historia revela lo contrario. Desafortunadamente, los medios liberales – que son la mayoría en el país – encubren y ocultan la verdadera y triste historia de racismo en el Partido Demócrata.

Esta característica del Partido Demócrata salió a la luz una vez más durante la última campaña presidencial. ¿Recuerda usted cuántas veces Donald Trump fue acusado de racismo?

La actitud de los demócratas fue tan evidente durante el último proceso electoral que este escritor publicó un artículo sobre este fenómeno político.

El reciente caso de George Floyd, el hombre de raza negra que murió bajo la custodia de un policía blanco en Minneapolis el año pasado, fue otra oportunidad para que los demócratas usen su conocida arma política.

Joe Biden es el típico político demagogo del Partido Demócrata. Por lo tanto, no es sorpresa que Biden explote el racismo para tratar de crear la misma falsa imagen que su partido ha proyectado por tantos años.

Previo al veredicto de Derek Chauvin, el policía implicado en la muerte de George Floyd, el presidente Biden dijo que estaba “rezando” para que se haga justicia; en otras palabras, para que el jurado condene a Chauvin.

Biden, quizás el presidente más liberal en la historia de EEUU, defensor del aborto y amigo y admirador de Robert Byrd, un ex miembro del Ku Klux Klan, le dijo al pueblo estadounidense que estaba “rezando” para que se haga justicia en el caso de George Floyd.

Recordemos quién fue Robert Byrd.

Robert Byrd, un miembro del Partido Demócrata, fue senador por Virginia Occidental por más de 50 años. De hecho, Robert Byrd ha sido el senador más longevo en la historia de EEUU. A principios de la década de 1940, Byrd reclutó a 150 de sus amigos y asociados para formar un capítulo local del KKK.

Joe Biden dio la eulogía durante el funeral del senador Byrd el año 2010. En la apertura de la eulogia Biden se dirigió al Obispo y a la familia de Robert Byrd y dijo: si aún no lo sabían, está bastante claro la “increíble estima” que se tenía por el senador Byrd.

Joe Biden con Robert Byrd, ex miembro del Ku Klux Klan

Biden describió a Byrd como “ferozmente devoto de sus principios, un amigo, un mentor y un guía”.

El ex presidente Barack Obama, que también habló en el funeral de Byrd, usó un lenguaje similar para describir al difunto senador: “Era un ícono del Senado, era un líder del Partido, era un estadista mayor y era mi amigo. Así es como lo recordaré”, afirmó Obama.

Barack Obama elogió al ex miembro del KKK por poseer lo que llamó una “cualidad estadounidense por excelencia”.

Hillary Clinton se sumó a la lista de admiradores de Robert Byrd. Después de su fallecimiento, la ex secretaria de estado del presidente Obama, publicó un vídeo honrando la memoria del senador demócrata. Clinton admitió en el vídeo que Robert Byrd fue su “mentor”.

Estas son algunas de las prominentes figuras demócratas en EEUU que con frecuencia acusan a los republicanos de ser racistas.

Como era de esperarse, los medios de comunicación pro demócratas ignoraron los comentarios halagadores de un ex miembro del KKK por parte de Obama, Biden y Clinton. Me pregunto si la reacción de la prensa hubiera sido la misma tratándose de políticos republicanos.

Los demócratas parecen haber olvidado que decenas de personas, incluyendo negros, fueron asesinadas durante los disturbios del verano pasado después de la trágica muerte de George Floyd.

Los demócratas también se han olvidado que fueron ellos quienes se opusieron a la abolición de la esclavitud, al derecho de ciudadanía de los negros y al derecho de votar de los negros.

Aún más, los mismos políticos demócratas que criticaron y denunciaron al policía Chauvin, guardaron silencio ante el vandalismo y asesinatos durante las protestas del verano pasado. El presidente Obama incluso dijo que se trataba de “protestas pacíficas”.

Barack Obama llamó a los disturbios de BLM “protestas pacíficas”

Es triste decirlo pero es verdad. No recuerdo que Joe Biden haya rezado por las víctimas de raza negra que fallecieron durante los disturbios del año pasado. Tampoco recuerdo que los medios liberales hayan denunciado los violentos incidentes asociados a las protestas.

Es obvio; el sesgo y favoritismo de los demócratas por parte de los medios de comunicación salió a la luz una vez más; después de la muerte de Robert Byrd, y después de la muerte de George Floyd.

Cabe hacerse un par de preguntas.

¿Si a los demócratas les interesa tanto el racismo porqué no han hecho nada para detener el genocidio de los bebés negros que han sido abortados por décadas en los cientos de centros de Planned Parenthood?

¿Porqué el Partido Demócrata no ha expuesto la verdadera historia racista de Margaret Sanders, la fundadora de Planned Parenthood?

Al respecto, Alveda King, sobrina de Martin Luther King, dijo hace poco que “si América quiere realmente terminar el racismo debemos cerrar Planned Parenthood”. Dada la postura de los demócratas sobre el aborto, dudo que sigan el consejo de Alveda King.

El racismo se ha usado y se seguirá usando por los demócratas como un arma política poderosa y conveniente – aunque hipócrita – para  proyectar una imagen anti racista que no concuerda con la historia de EEUU.

El legado racista del Partido Demócrata está en los libros de historia de EEUU. Los políticos y la prensa pueden ocultarlo o ignoralo, pero la historia no podrá borrarse.

Juan Torres


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