El jueves pasado, a primeras horas de la mañana, el presidente Donald Trump escribía frontalmente en su cuenta de Twitter: “LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN FALSOS SON EL PARTIDO DE LA OPOSICIÓN. Es muy malo para nuestro Gran País… ¡PERO ESTAMOS GANANDO!”.
Algo después, bajo la organización del Boston Globe, en torno a 350 periódicos publicaron editoriales denunciando al unísono que el presidente Donald Trump está atacando reiteradamente a un gran sector de los medios de comunicación, a quienes acusa de falta de objetividad e independencia, y de emitir noticias falsas (FAKE NEWS).
El presidente Trump, en respuesta, señaló el rumbo errático del medio que impulsaba el acto de condena, limitándose a sugerir el hecho de que 350 voces editoriales coincidieran en decir lo mismo el mismo día parecía demostrar su punto de vista: “El Boston Globe, que fue vendido al fracasado New York Times por 1,3 mil millones de dólares (más 800 millones de dólares en pérdidas e inversiones), o 2,1 mil millones de dólares, ha sido revendido por el Times por 1 dólar. Ahora el Globe está en COLUSIÓN con otros periódicos hablando de libertad de prensa. ¡PUEDEN VERIFICARLO!”.

The New York Times respondió a las palabras de Trump argumentando que vendió The Boston Globe y otras propiedades por 70 millones de dólares en 2013, en lugar de por 1 dólar, después de haber pagado 1.100 millones de dólares dos décadas antes.
“No hay nada que quisiera más para nuestro país que la verdadera LIBERTAD DE PRENSA. El hecho es que la prensa es libre de escribir y decir lo que quiera, pero mucho de lo que dice es FAKE NEWS, empujando una agenda política o simplemente tratando de lastimar a la gente. ¡LA HONESTIDAD VENCE!”, agregó en otro tweet el mandatario estadounidense.
En contraposición, editoriales como el aparecido en la publicación Investor’s Business Daily proclamaban sin ambages: “Colusión editorial de docenas de periódicos demuestra el punto de vista de Trump: Los medios de comunicación son parciales”.
El medio digital, especializado en economía y mercados bursátiles, indica que “la ironía, por supuesto, es que al participar en esta acción, los medios de comunicación están demostrando que lo que dice Trump es cierto. Son tendenciosos”.
Además “el sesgo” de estos medios dominantes “incluso ha permeado la cobertura de la economía” que atraviesa un momento excelente, según describe la editorial.
Todo esto se debe a que están empleando “reporteros y editores de izquierda que se niegan a reconocer su obvio prejuicio – o cuando lo reconocen, niegan que tenga relación con sus reportajes. Cuando se les desenmascara, se envuelven en la Primera Enmienda y pretenden ser mártires”.
Por eso, el presidente Trump, planeó esta situación para que los medios “mostrasen explícitamente su prejuicio anti-Trump. Funcionó de maravilla. Felicitaciones al Boston Globe y a los demás por haber caído en la trampa”, concluye el Investor’s Business.
Jack Shafer, del diario Político, determinó en titulares que “Los periódicos de EE.UU. acaban de jugar justo en las manos de Trump”, destacando que “nada halaga menos a un periodista independiente que verle formando una fila para beber de la misma fuente que sus colegas”.
También, Shafer, aunque considera “alarmantes” los ataques de Trump a la prensa y dignos de ser refutados, menciona que “esta respuesta editorial coordinada patrocinada por The Globe seguramente será contraproducente” ya que “le proporcionará a Trump evidencia circunstancial de la existencia de una cábala de prensa nacional”.
“El proyecto anti-Trump de The Globe es también un ejercicio de redundancia” e “inútil”, agregó Shafer, ya que han participado la mayoría de los periódicos -solo 19 apoyan al presidente- que se vienen oponiendo a Trump desde que presentó su candidatura.
Por su parte, Tim Morris de NOLA.com, que publicó la iniciativa mediática en su diario comenta que su consejo editorial no participó debido a que creen que “la voz de una organización de noticias local debería ser independiente”.