
Hace 55 años, el 15 de abril de 1961, comenzó la lucha por la libertad de Cuba con un ataque sorpresivo por ocho bombarderos B-26 de la Fuerza Aérea de la Brigada de Asalto 2506 a tres aeropuertos en Cuba. Sin embargo, la Fuerza Aérea de la Brigada 2506 llevaba varios meses tirando con paracaídas armamentos y alimentos para los patriotas cubanos que luchaban en las montañas del Escambray y muchos otros lugares de Cuba.
Las montañas del Escambray
También pequeños barcos de la Marina de Guerra de la Brigada 2506 llevaban haciendo numerosos viajes en pequeñas embarcaciones a Cuba y descargando armamento para los valientes cubanos que luchaban dentro de Cuba contra la tiranía comunista impuesta por el asesino sanguinario Fidel Castro. Esas lanchas llevaban y sacaban patriotas cubanos de la isla.
El B-26 con el número 931 lleva por nombre Gustavo Ponzoa Álvarez en homenaje y recordación a este capitán piloto que participó en el ataque aéreo al aeropuerto Antonio Maceo de Santiago de Cuba el 15 de abril de 1961. Este avión fue donado por el Museo de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos localizado en Canton, Ohio como resultado de las negociaciones por parte del Capitán Cantillo. El B-26 fue trasladado en dos camiones rastras desde California al aeropuerto de Tamiami a un costo de $24,900.
Foto del público que asistió a la ceremonia.
Frank de Varona retratado con los brigadistas Humberto “Chino Arguelles, Marcelino Totorica, el presidente de la Junta Patriótica Cubana Antonio D. Esquivel, y otras dos personas que asistieron al evento.
Como todos los años, un grupo numeroso de brigadistas sobrevivientes de la Fuerza Aérea, los grupos de infiltración, la Infantería y la Marina de Guerra de la Brigada 2506, familiares y amigos se reunió para participar en un acto solemne que se celebró a las 11 de la mañana el 16 de abril de 2016 en el aeropuerto de Tamiami. Esta ceremonia se lleva a cabo todos los años para honrar a los héroes y mártires pilotos y mecánicos que murieron entre el 15 y 19 de abril de 1961 en un esfuerzo por liberar a Cuba del opresor y sangriento gobierno comunista de nuestra Patria.
Muchos brigadistas asistieron a esta ceremonia, entre ellos el ex presidente de la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos Brigada 2506 el coronel Modesto Castañer, Mario Alfonso, Juan Evelio Díaz Pou, Esteban Bovo, Marcelino Totorica, Armando Montes, Humberto “Chino” Arguelles futuro presidente de la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos, Julio González Rebull, Tony Calatayud, Manolo Calas, Edwin González, Dr. Carlos Garrido. Felipe Villarus, Pepe Andreu, Raúl Martínez, Carlos López, Miguel Cruz Peraza, Amado Cantillo y Juan Montes. Varios miembros de la Junta Patriótica estuvieron presentes entre ellos el presidente de la Junta Antonio D. Esquivel.
Foto de Frank de Varona con el piloto Mario Alfonso, su esposa y un brigadista.
Fotografía del maestro de ceremonia el brigadista Julio González Rebull dando la bienvenida y a su derecha el capitán Amado Cantillo. Dos brigadistas aparecen sosteniendo las banderas de la brigada y la de la Fuerza Aérea de la brigada y otros al fondo.
El acto comenzó con un minuto de silencio para honrar a estos héroes cubanos de la Fuerza Aérea de la Brigada de Asalto 2506. Hubo un pase de lista donde se nombraron los pilotos, navegantes, y mecánicos que dieron sus vidas por la libertad de Cuba. Todos los niños, mujeres y hombres que estaban en la ceremonia dijeron “Presente”.
Inmediatamente después se oyeron los himnos de los Estados Unidos y Cuba. El brigadista de la Fuerza Aérea Julio González Rebull dio la bienvenida a todos los presentes y sirvió de maestro de ceremonia. Presentó al brigadista Miguel Ángel Cruz Pereza que dio la invocación.
El capitán Amado Cantillo, presidente de Cuban American Pilots Association o la Asociación de Pilotos Cubanos (CUPA), expresó lo siguiente:
“Estamos reunidos aquí para honrar la memoria de nuestros pilotos, cuatro de ellos norteamericanos y 10 cubanos y a dos mecánicos, todos hombres jóvenes que lo dieron todo por la libertad de Cuba. Vengo al monumento varias veces por semana para asegurarme que todo esté en orden. Al llegar siento una paz muy grande, tan grande que al mirar esas fotos me pongo a rezar por ellos. Siento tanta paz aquí como cuando voy a una iglesia.”
Nuestro hermano brigadista Julio Pestonit (segundo a la izquierda), quien tanto ayudó a mantener el bello monumento falleció después de ser fotografiado con un grupo de brigadistas en la mañana del 17 de abril de 2015.
Julio está enterrado con muchos de sus hermanos en el cementerio de la Brigada 2506. Julio peleó junto al Cuarto Batallón Bon Blin en Bahía de Cochinos y Dios Nuestro Señor lo tiene en La Gloria. Julio era uno de los directores de Bear Witness Central que es una organización anti comunista que lucha por la libertad de Cuba y mantener la República Constitucional de los Estados Unidos.
El capitán Cantillo dijo que no es fácil mantener este monumento. Requiere mucho trabajo y gastos, pero gracias a la ayuda de voluntarios, tales como el capitán Flaquer, capitán Perón, Julio González Rebull, Víctor López, Manel Menéndez y Pepe Cancio y otros fallecidos como Julio Pestonit, se ha podido mantener durante los últimos años. Dijo que es nuestro deber estar de guardia aquí y buscar los recursos necesarios para su mantenimiento.
El capitán Cantillo expresó que miembros de la Marina de la brigada rescataron a 17 brigadistas después del hundimiento del Río Escondido y a 36 brigadistas después de ser derrotados. Cantillo no dijo que él, quien era un hombre rana en Playa Girón, fue uno de estos valientes brigadistas que varios días después del fracaso junto a Gray Lynch estuvo buscando a soldados de la brigada que intentaban escaparse del gran cerco de los más de 60,000 soldados del Ejército Rebelde y las milicias castristas.
Escudo y lema de la Brigada 2506
Por último, explicó que todos los presentes en el acto estaban parados sobre la bandera cubana más grande de Cuba. Por el internet se puede ver por Google Earth. Sólo se tiene que buscar Kendall Tamiami Airport.
El capitán José A. Crespo, esposo de Leonor Portela, quien falleció el año pasado, fue el piloto de un B-26 llamado Puma I. Iba el capitán Crespo acompañado por su copiloto Lorenzo Pérez Lorenzo y su avión atacó una gran columna enemiga de 968 soldados del 339 Batallón de Milicias de Matanzas que avanzaba hacia Playa Larga. Junto con otro B-26 de la Brigada llamado Puma II, a cargo del piloto capitán Osvaldo Piedra y el copiloto José Fernández Rovirosa, mi primo de Camagüey, los dos B-26 abrieron fuego con las ocho ametralladoras calibre .50 y descargaron sus bombas y cohetes contra el enemigo.
Este ataque aéreo salvó las vidas de muchos brigadistas que también disparaban desde Playa Larga contra el 339 Batallón de Milicias de Matanzas. Solo unos pocos de este batallón sobrevivieron. Fidel Castro llamó el 339 Batallón de Milicias de Matanzas el “batallón perdido”.
El B-26 de Osvaldo Piedra y José Fernández Rovirosa fue derribado por un Sea Fury y por el piloto de la Fuerza Aérea Revolucionaria (FAR) Álvaro Prendes que volaba un T-33 jet. Los dos patriotas murieron. El Sea Fury y el T-33 de Prendes atacó el B-26 del capitán Crespo destruyendo el motor izquierdo de su avión y dañando la mayoría del equipo de navegación. Muchos años después, Prendes, como otros pilotos que atacaron y mataron a muchos brigadistas entre ellos del Pino, se exiló y murió en Miami.
José Crespo voló su B-26 averiado rumbo a la base de la Fuerza Aérea de la Brigada llamada Happy Valley en Puerto Cabezas, Nicaragua. A unas dos horas de Cuba le notificó al capitán Eduardo Ferrer quien volaba en otro B-26 de regreso a Nicaragua, que su avión estaba perdiendo velocidad y altitud y que pronto tendría que aterrizar en el mar.
El padre Cipriano Cavero, quien era el capellán de la Fuerza Aérea, le había rogado al capitán Ferrer que le dejara acompañarlo a Bahía de Cochinos en su avión. Cuando el padre Cavero oyó la situación desesperada del B-26 del capitán José Crespo y su copiloto Lorenzo Pérez Lorenzo les preguntó si querían que los confesara. Ambos dijeron que sí y fueron confesados por el radio.
Un tiempo después, el capitán Crespo le dijo al capitán Ferrer que la situación estaba empeorando y que se encontraba a unos 300 o 400 pies de altura y que probablemente tuviera que aterrizar en el mar en dos o tres minutos. Ferrer le dijo lo siguiente: “Dios los bendiga. Espero que todo salga bien. Tú has sido muy valiente y también tu copiloto. Trataré de buscarlos a ustedes mañana. Avísame antes de aterrizar en el agua.” Unos 10 minutos después oyó a Crespo decirle por el radio: “Aterrizando en el agua!” Al día siguiente el capitán Ferrer y otros aviones regresaron al área donde el B-26 del capitán Crespo se había estrellado y no pudieron encontrarlos.
Humberto “Chino” Arguelles, futuro presidente de la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos, expresó unas palabras emotivas durante la ceremonia y recordó la inmensa alegría de ver estos dos B-26 de la brigada atacar a las tropas de Castro que avanzaban rápidamente hacia ellos en Playa Larga y su inmensa tristeza al ver uno de ellos ser derribado y el otro ser ametrallado.
Todos los 15 de abril también se rinde tributo y se honra a todos los mecánicos y los pilotos que sobrevieron la gloriosa gesta de la Fuerza Aérea de la Brigada 2506 y a todos los brigadistas que lucharon en Bahía de Cochinos por la libertad de Cuba. Igualmente se honra al Grupo Makasi de pilotos y mecánicos, quienes en su mayoría eran de la Fuerza Aérea de la Brigada 2506 y lucharon contra las tropas dirigidas por el Che Guevara en el Congo.
Después de muchos años de enorme e infatigable esfuerzo, el monumento se inauguró en el año 2010 en honor a la Fuerza Aérea de Liberación de la Brigada de Asalto 2506. El Capitán Amado Cantillo y el Capitán Eduardo Ferrer lucharon durante muchos años, junto con otros pilotos de la Fuerza Aérea de la Brigada 2506 y brigadistas, por levantar este bello monumento que honra a los valientes pilotos y mecánicos muertos en combate luchando por la libertad de Cuba.
El Monumento a los Pilotos tiene una enorme columna con una placa de bronce con los nombres de los 14 pilotos que dieron sus vidas por la libertad de Cuba. Diez de los héroes pilotos eran cubanos y cuatro estadounidenses.
Gray Lynch, miembro de la CIA y el primer hombre en desembarcar en Playa Girón, escribió un libro, Decision for Disaster: Betrayal at the Bay of Pigs (Decisión para el Desastre: Traición en la Bahía de Cochinos), publicado en 1998. El monumento tiene una placa de bronce con el nombre de este patriota estadounidense que luchó por la libertad de Cuba. Este escritor conoció a este gran patriota estadounidense en Orlando, junto con el hombre rana Eduardo Zayas Bazán, y después estuvo presente cuando Gray presentó su libro en Miami y se lo dedicó.
Como todos los años, el 17 de abril de 2016 hubo otra ceremonia frente al Monumento de los héroes caídos en combate que tiene una llama eterna en la Pequeña Habana. Como todos los años se hace un pase de lista de los patriotas que dieron sus vidas por la libertad de Cuba y todos los brigadistas dicen presentes.
Monumento honrando a los patriotas que murieron en Bahía de Cochinos en la Pequeña Habana en Miami.
Durante el 54 aniversario de Playa Girón fui invitado a dar una conferencia el 17 de abril de 2015 en la sede de la Junta Patriótica Cubana por su presidente el licenciado Antonio D. Esquivel. Este año 2016 ofrecí dos conferencias sobre Bahía de Cochinos, la primera el 16 de abril en el Instituto Aranegui y la segunda en la Peña Martiana el 18 de abril. Además fui invitado el 15 de abril al programa de radio del Coronel Matías Farías con los brigadistas Roberto Mancebo, Manolo Calas, Miguel Ángel Zequeira y Carlos López para hablar de este tema.
El fracaso de la brigada y los responsables
En todas estas charlas expliqué lo siguiente: Cuba pudiera haber sido liberada del comunismo si el presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy hubiera seguido fielmente el plan de la invasión a Cuba preparado por el Pentágono y la CIA. Desgraciadamente el plan original fue cambiado varias veces haciendo que la Brigada de Asalto 2506 fuera derrotada antes de llegar a Cuba por la traición de la Casa Blanca y el Departamento de Estado.
La pintura oficial de la Casa Blanca del presidente John F. Kennedy.
El plan original fue elaborado por Richard Bissell que era Deputy Director for Plans de la CIA con la colaboración de otro alto funcionario de la CIA, Jacob Esterline, y el coronel Jack Hawkins de los Marines. Según Bissell el 13 de enero de 1960 se acordó derrocar el régimen comunista de Cuba con un plan llamado “Programa de Acción Encubierta Contra el Régimen de Castro”.
Richard Bissell era Deputy Director for Plans de la CIA.
El presidente Dwight D. Eisenhower
Este plan fue aprobado por el presidente Dwight Eisenhower el 17 de marzo de 1960 y consistió en lo siguiente:
- Creación de un gobierno responsable y unido por cubanos en el exilio.
- Inicio de una fuerte campaña de propaganda a través Radio Swan.
- Creación en Cuba de una red clandestina de inteligencia y acción.
- Creación fuera de Cuba de una fuerza paramilitar con apoyo logístico, naval y aéreo, para infiltrar en Cuba agentes entrenados que pudieran intensificar la resistencia interna.
El plan contemplaba el asesinado de Fidel Castro por tres gánster de la Mafia: Sam “Momo” Giancana de Chicago, John Rosselli de las Vegas y Santos Trafficante de Miami. La CIA les ofreció dinero sin saber que ellos eran aliados del régimen en Cuba y por eso ese plan fracasó.
El presidente Miguel Ydígoras Fuentes de Guatemala aprobó el uso de su territorio para entrenar a cubanos que invadirían a Cuba para derrocar la tiranía. Roberto Alejos, hermano del embajador de Guatemala en los Estados Unidos, autorizó el uso de su finca Helvetia en las montañas de Sierra Madre a una altitud entre 4,000 y 8,000 pies de altura.
El 21 de mayo de 1960, 20 patriotas cubanos fueron llevados a la Isla de Useppa cerca de Fort Myers en la Florida para ser entrenados como radio operadores. Estos brigadistas que fueron los fundadores de esta unidad militar se asignaron números comenzando por 2501. Después pasaron a Panamá y se reclutaron más cubanos. La CIA construyó un aeropuerto en Retalhuleo en 90 días a un costo de $1.8 millones.
La CIA utilizó el modelo que uso para de derrocar al gobierno procomunista de Jacobo Arbenz en Guatemala en 1954. Esto fue un gran error ya que se trataba de situaciones disimiles. A medida que se reclutaron más cubanos el plan cambió de guerra de guerrillas a guerra convencional. Los brigadistas fueron trasladados a lo que se llamó la Base Trax que estaba a 1,000 pies debajo de Helvetia.
El primer brigadista que murió fue Carlos (Carlay) Rodríguez Santana que se cayó por un barranco por 2,000 pies. Su número de la brigada era 2506 y por eso se llamó a la Brigada 2506.
El plan original contemplaba una invasión por Trinidad y su puerto de Casilda, que estaban aislados del resto de Cuba. Era un lugar ideal ya que esta ciudad de unos 18,000 habitantes, donde muchos de ellos eran anticomunistas que se hubieran unido a la brigada. Tenía muelles para atracar los obarcos obsoletos de la brigada tipo Liberty de la Segunda Guerra Mundial de la García Line Company. Trinidad tenía hospitales, un aeropuerto para los B-26, un río al norte y al este con dos puentes que serían volados y las montañas del Escambray al oeste.
El plan Trinidad implementado correctamente consistía en la captura de una cabeza de playa con apoyo aéreo y la toma de la ciudad para instalar un gobierno de armas provisional que pudiese ser reconocido inmediatamente y apoyado militarmente por Estados Unidos y otros países de Latinoamérica. Con el apoyo de los B-26, la brigada se mantuviera indefinidamente en Trinidad mientras la resistencia interna de Cuba de unas 20,000 personas se levantara contra el régimen. Las guerrillas del Escambray se unirían a la brigada para luchar juntos. Finalmente, todos los aviones del régimen serían destruidos ante de la invasión ya que era imprescindible tener absoluto control del aire.
De fracasar la brigada podría internarse en las montañas del Escambray y operar como guerrillas. Este plan fue apoyado por los jefes del Estado Mayor Conjunto quienes concluyeron que el plan tenía buenas probabilidades de éxito final.
El presidente Kennedy en un error enorme rechazó el Plan de Trinidad por considerarlos muy ruidoso y obvio en cuanto a la participación de su gobierno. La CIA bajo órdenes de la Casa Blanca quería implementar “negación plausible” lo cual era una estupidez ya que muchos periódicos y revistas de Estados Unidos, como la Nación, el New York Times y el Miami Herald, y La Hora de Guatemala habían escrito diciendo la invasión inminente de cubanos en Guatemala era apoyada por el gobierno estadounidense.
Kennedy dio a la CIA y a Bissell tres días para elaborar un plan alterno. Se escogió la Bahía de Cochinos que fue un mal lugar por no tener muelles, población que se uniera a la brigada, hospitales e imposible la retirada de fracasar. Años más tarde Bissell reconoció sus errores en un libro que escribió. Dijo que los dos peores fueron, primero no decirle claramente a Kennedy que la invasión por Bahía de Cochinos no era factible con los cambios y limitaciones impuestos por él y segundo no cederle al Pentágono la responsabilidad total cuando la operación dejo de ser a fines de 1960 una operación paramilitar de infiltración y guerrillas.
Otros errores fueron ordenar la invasión de noche por Playa Girón y Playa Larga donde existían arrecifes peligrosos y donde se encontraban tropas enemigas. Además existía una estalación de microonda en Playa Larga que informó a La Habana inmediatamente de la invasión.
El fallo principal de Kennedy, aparte de alterar por completo los planes originales, fue su fallo de no estar dispuesto a comprometer los recursos necesarios para el éxito, incluyendo la intervención militar de los Estados Unidos. El fallo de la CIA, el Pentágono y los asesores en la Casa Blanca del gobierno de Kennedy fue subestimar la magnitud de la operación requerida para derrocar al régimen del dictador sanguinario Fidel Castro.
El embajador estadounidense de las Naciones Unidas Adlai Stevenson recomendó a Kennedy que cancelara todos los ataques aéreos a Cuba. La Casa Blanca no le informó de los planes de la invasión.
Otros errores fueron no informar al embajador estadounidense de las Naciones Unidas, Adlai Stevenson, que los Estados Unidos estaba apoyando a cubanos a derrocar al tirano de Cuba y del plan del departamento de Estado para encubrir la operación. El absurdo plan fue volar un B-26 de la brigada que después de aterrizar en el aeropuerto de Miami el piloto dijera que los aviones que habían atacado a tres aeropuertos en Cuba eran del propio régimen que al desertar habían soltado bombas.
El embajador Stevenson declaró el 15 de abril que los aviones que habían bombardeados a Cuba serían detenidos. Cuando se enteró de su error puso presión a Kennedy y con la ayuda de Dean Rusk, quien siempre se opuso a la invasión para cancelar el resto de los ataques de los B-26 de la brigada. Kennedy aceptó esta terrible recomendación y condenó a la brigada a un fracaso total.
En vez de cancelar la invasión por miedo a que fuera denunciado por los brigadistas por la nación condenó a los brigadistas a una muerte segura. Cuando varias semanas antes Kennedy estaba indeciso si debía cancelar la operación, el director de la CIA Allen Dulles dijo en la Casa Blanca que existía un “disposal problem” o problema de basura con la brigada en Guatemala. Preocupado por el escándalo que produciría desmantelar los campamentos y la desbandada de los brigadistas, Kennedy dijo “Si tenemos que deshacernos de estos hombres, sería mejor arrojarlos en Cuba que en Estados Unidos, especialmente si es allí donde quieren ir.” Falto en Kennedy y sus asesores coraje y dignidad ¡Fue un acto de suprema cobardía y de negligencia criminal!
Las fuerzas de la Brigada 2506
La brigada 2506 contaba en total con 1,511 hombres en cinco batallones de infantería, compañía de Paracaidistas, compañía de armas pesadas, compañía de la Jefatura, compañía de tanques con cinco ligeros M41 Walker Bulldog. Tenía 10 camiones artillados con Browning Cal.50, 75 bazoocas, 21 recoilless rifles de 57 y 75mm, 60 morteros, 83 ametralladoras cal.50 y ocho lanzallamas.
La Fuerza Aérea de la Brigada 2506 tenía 16 bombarderos B-26B Invader. Disponía también de 6 C-54 Skymaster, 8 C-46 Commando y 2 PBY Catalina. Eran 74 pilotos cubanos los que fueron entrenados por 16 estadounidenses de la Guardia Nacional de Alabama quienes eran veteranos de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra de Corea.
Para transportar la Brigada 2506 se alquilaron cinco buques viejos y oxidados de la García Lines, una firma de exiliados. Se usaron lanchas LCU, LCVP, LSD. Todos estos preparativos le costaron a la CIA $45 millones. La brigada partió para Cuba desde Puerto Cabezas, Nicaragua. El general Somoza los despidió diciéndoles: “¡Tráiganme pelos de la barba de Castro!”
El Houston donde mi Quinto Batallón y una escuadra del Segundo Batallón se encontraban a bordo cuando fue atacado por varios jets T-33, Sea Fury y B-26 hasta hundirlo. El capitán Luis Morse lo encalló a una milla de la costa. La foto lo muestra ardiendo después de ser atacado por los aviones del régimen.
Las fuerzas cubanas de Fidel Castro
El Ejército Rebelde tenía 32,000 hombres, 9,000 de la Policía. Unos 200,000 soldados estaban en las Milicias. Tenía 125 tanques T-34, IS-2M y SAU-100, 428 piezas de artillería soviéticas (de 76 a 128mm), 900 morteros, 920 cañones AAA, ametralladoras AA de 14,5mm rusas y chinas. Todas estas fuerzas estaban dispersadas por toda la isla. Cerca Bahía de Cochinos había sólo una compañía del Batallón 339° de las Milicias de 968 soldados. También había soldados enemigos en Playa Larga y Playa Girón. Los brigadistas desembarcaron bajo fuego en ambas playas
La FAR (Fuerza Aérea Revolucionaria) tenía 43 aviones de combate (7 Lockheed T-33, 13 B-26C Invader, 3 F-47D Thunderbolt, 14 Hawker Sea Fury, 6 Avenger), que las fotos de los aviones espías Lockheed U-2 daban operativos máximo al 50% pues estaban ya tres años sin piezas. Varios pilotos chilenos y nicaragüenses desertores de sus Fuerzas Aéreas se unieron a las FAR.
Gray Lynch escribió en su excelente libro Decision for Disaster: Betrayal at the Bay of Pigs que la Fuerza Aérea de la Brigada fue reducida de 22 aviones B-26 a 16 por órdenes del presidente Kennedy. El plan original contemplaba cinco ataques contra los aeropuertos en Cuba y en cada ataque se iban a usar los 16 aviones. El primer ataque se había programado para el amanecer D-2, o sea para el 15 de abril, y el segundo al atardecer del mismo día. El tercer y cuarto ataque se llevaría a cabo al amanecer y atardecer del D-1, o sea el 16 de abril.
El quinto ataque se llevaría a cabo al amanecer del D-Day, o sea el día del desembarco, el 17 de abril de 1961, varias horas después que la Brigada hubiera desembarcado. Los bombarderos B-26 del quinto ataque no regresarían a Puerto Cabezas y aterrizarían en el aeropuerto de Playa Girón. De haberse ejecutado el plan original del desembarco por Trinidad que contemplaba cinco ataques por la Fuerza Aérea de la Brigada con todos los 16 aviones B-26 se hubiera cambiado la historia de Cuba y la Brigada 2506 hubiera triunfado y erradicado el comunismo.
Grayston Lynch escribió un excelente libro en 1998, Decision for Disaster: Betrayal at the Bay of Pigs, donde explica la traición de la Casa Blanca y el Departamento de Estado.
Si la Brigada 2506 hubiese triunfado, el pueblo de Cuba no hubiera sufrido más de medio siglo la más sangrienta y la cruel tiranía del Hemisferio Occidental. Ciento de miles de vidas se hubieran salvado no solamente en Cuba, sino a través de Latinoamérica y el mundo.
Hoy en día Venezuela no hubiera tenido un Ejército Cubano de Ocupación cometiendo todo tipo de crímenes y violaciones de derechos humanos. No hubiera existido un Hugo Chávez, un Nicolás Maduro, un Evo Morales, un Rafael Correa, ni Daniel Ortega implantando tiranía en sus pueblos. El mundo entero no se hubiera visto en el gran peligro de guerra nuclear, como ocurrió en octubre de 1962. Por supuesto, los hermanos Castros estarían presos o muertos. Hoy en día sería Cuba uno de los países más prósperos no sólo de las Américas, sino también de todo el mundo.
El presidente John F. Kennedy dio la orden de reducir el primer ataque sorpresivo a Cuba de 16 bombarderos B-26 a sólo ocho y en vez de todos los aeropuertos donde se encontraban los aviones de la Fuerza Aérea Revolucionaria (FAR), a sólo tres aeropuertos. El ataque sorpresivo del 15 de abril de 1961 a San Antonio de los Baños, Columbia y Santiago de Cuba tuvo éxito, pero quedaron siete aviones sin destruir, entre ellos jets T-33, unos Sea Fury (caza rápido) y unos B-26.
Uno de estos ocho aviones fue averiado por las cuatro bocas o ametralladoras anti-aéreas provistas al régimen comunista de Fidel Castro por la Unión Soviética, y tuvo que ejecutar un aterrizaje forzoso en la Base Naval de Boca Chica en los cayos de la Florida. Otro B-26 con el capitán Danny Fernández Mon y su copiloto se estrelló en el mar frente a La Habana, siendo estos dos pilotos cubanos los primeros que dieron sus vidas por la libertad de Cuba.
Unos de los grandes responsables de la derrota fue el secretario de Estado Dean Rusk. Siempre estuvo en contra de la invasión y recomendó la cancelación de todos los ataques aéreos a Cuba programados antes y durante del desembarco de la Brigada en Bahía de Cochinos. Kennedy aceptó esta diabólica recomendación y rechazó las protestas de la CIA. La brigada fue derrotada antes de desembarcar. Fue una gran traición, cobardía y negligencia criminal de Kennedy, sus asesores liberales de la Casa Blanca, Stevenson y Rusk.
Por orden del presidente Kennedy y con la recomendación del secretario de Estado Dean Rusk, miembro del Consejo de Relaciones Extrajeras o el Council of Foreign Relations (CFR) y ex director de la Fundación Rockefeller, los otros ataques aéreos programados antes y durante del desembarco de la Brigada en Bahía de Cochinos fueron suspendidos. Con esas órdenes y otras que dio, como el cambio del lugar de la invasión de la ciudad de Trinidad a la Bahía de Cochinos, el Presidente Kennedy sentenció la Brigada 2506 a su completa destrucción.
Como se ha explicado esto fue sin dudas un acto de negligencia criminal y de una incompetencia increíble. Fue también la primera vez que los Estados Unidos abandonó a un fiel aliado y fracasó en una guerra que el gobierno norteamericano auspició.
Tristemente todos estos cambios de planes ocurrieron a pesar de que la CIA y el Pentágono objetaron enérgicamente. Sin el total control del aire y el apoyo naval al desembarco, no podía la pequeña fuerza de la Brigada de 1,474 soldados vencer a más de 200,000 soldados y milicianos enemigos que se encontraban por toda Cuba. La Unión Soviética le había proporcionado al gobierno comunista de Cuba numerosos tanques pesados de tipo Stalin y artillería de largo alcance y numerosas ametralladoras antiaéreas que le llamaban de cuatro bocas.
Los pilotos de la Fuerza Aérea de la Brigada 2506 habían sido entrenados por pilotos del Alabama National Guard bajo la dirección of General Reid Doster y por la CIA en Guatemala en 1960 y 1961. Los pilotos estadounidenses en Guatemala tenían órdenes de no participar en combate. Esto cambiaría después.
Durante la madrugada del 17 de abril, los pequeños barcos de carga tipo Liberty de la Segunda Guerra Mundial y otros mayores que transportaban los camiones, los cinco tanques de la brigada, a los 1,474 soldados de la Brigada 2506 llegaron a la Bahía de Cochinos donde fueron atacados una y otra vez por los siete aviones castristas. Uno de estos barcos, el Río Escondido, explotó como una bomba atómica. Este barco llevaba a bordo el Sexto Batallón donde se encontraba mi hermano Jorge de Varona y el brigadista Raúl Vallejo. Por suerte, este batallón ya había desembarcado. Los marineros del Río Escondido se tiraron al agua y fueron rescatados y por suerte nadie de ese barco murió.
En la brigada peleó mi hermano Jorge quien sirvió de observador avanzado del Sexto Batallón; mi primo hermano Osvaldo de Varona que peleó con el Bon Blin. También estaban en la brigada mis primos lejanos, el copilotó José Fernández Rovirosa que murió en combate; José Raúl (Yayo) de Varona el G-2 a cargo de inteligencia de la Jefatura de la brigada; Abel de Varona, ya fallecido; Carlos de Varona, hijo del ex primer ministro y senador de la Cuba republicana Manuel Antonio de Varona; y el hermano de Tony Varona, Roberto, y su hijo Robertico.
El 17 de abril de 1961 lo he descrito como el día más largo de mi vida. Yo tenía 17 años y pertenecía al Quinto Batallón de la brigada que iba a bordo del barco Houston, un barco de carga tipo Liberty construido durante la Segunda Guerra Mundial. Este barco fue atacado repetidamente por los aviones castristas B-26, jets T-33 y Sea Fury.
A media mañana del 17 de abril un cohete de un Sea Fury penetró a nuestro barco y éste comenzó a hundirse. El capitán del Houston, Luis Morse, lo encalló a una milla de la costa. Tuve que nadar más de una milla en un mar infestado por tiburones y estuve a punto de ahogarme. Nuestro batallón de 160 soldados tuvo 28 muertos esa triste mañana, los cuales se ahogaron, fueron devorados por tiburones o muertos por disparos de balas de aviones de combate de la tiranía. El Quinto batallón fue el que sufrió el mayor número de muertos de toda la Brigada 2506.
El jueves 20 de abril soldados de nuestro batallón entraron en combate con milicianos que desembarcaron cerca del barco semi hundido Houston en dos lanchas matando e hiriendo a varios de ellos. Inmediatamente después de este breve combate, el comandante del Quinto Batallón, Ricardo Montero Duque, dio la orden de retirada y todos tratarnos de escaparnos. El sábado 22 de abril ya me encontraba al borde de la muerte debido a la falta de agua durante seis días cuando fui capturado como prisionero de guerra.
Los otros barcos huyeron perseguidos por los aviones enemigos después que la Brigada había desembarcado en Playa Larga y Playa Girón. Los bombarderos B-26 de la Brigada, al no poder usar el aeropuerto de Playa Girón ya que nuestros barcos traían la gasolina para sus aviones, tenían que volar ida y vuelta durante siete horas desde la base llamada Happy Valley en Puerto Cabezas, Nicaragua y sólo tenían unos 45 minutos sobre el aire en la Bahía de Cochinos. Los bombarderos B-26 de la Brigada se les habían quitado las ametralladoras de la cola, lo cual los dejó indefensos contra aviones enemigos, ya que la CIA había dicho que “el cielo sería nuestro”.
En estas dos fotos el presidente John F. Kennedy el 29 de diciembre de 1962, aparece una con su intérprete presidencial, Donald Barnes, Manuel Artime y Erneido Oliva en el Orange Bowl en Miami donde recibió a los brigadistas recién liberados. Oliva le entregó la bandera de la brigada y Kennedy dijo que nos la devolvería en una Habana libre. Barnes fue mi jefe cuando trabajé durante los veranos de 1966 y 1968 como intérprete del departamento de Estado. Después del asesinato del presidente Kennedy la brigada le pidió a la Librería del Presidente Kennedy en Cambridge que devolviera la bandera. Al rehusar, se presentó una demanda judicial que tuvo éxito. Hoy en día se encuentra la bandera en el museo de la Brigada en Miami.
Fue otra gran negligencia criminal enviar los B-26 con nuestros valientes pilotos a luchar contra aviones superiores como los jets T-33 y los aviones cazas Sea Fury y no usar los aviones de la marina de guerra de los Estados Unidos que se encontraban en los dos portaviones Essex y Boxer. Estos modernos aviones jets estadounidenses hubieran destruido los siete aviones castristas en cuestión de minutos.
El lunes 17 de abril, el Segundo Batallón a cargo de Hugo Sueiro y bajo las órdenes del segundo al mando de la Brigada, el futuro general de los Estados Unidos Erneido Oliva, logró desembarcar bajo un intenso fuego del enemigo en Playa Larga. Los valientes soldados de este batallón, entre los que se encontraban Mario Martínez Malo, Manolo Calas, Jorge y Roberto Mancebo, Felipito Rondón, Humberto Díaz Argüelles, Arturo Sánchez y Máximo Cruz, lograron capturar Playa Larga durante la mañana.
A las 2:30 de tarde del 17 de abril, Oliva recibió un mensaje de Máximo Cruz, quien se encontraba en el frente, de que tropas enemigas venían en dirección a Playa Larga. Eran los casi 1,000 soldados del 339 Batallón de Milicias de Matanzas. La compañía de Máximo Cruz abrió fuego contra el enemigo con los recoilless rifles de 75mm y 57mm y ametralladoras. En unos 15 minutos la carretera estaba cubierta de milicianos muertos y heridos del 339 Batallón de Milicias de Matanzas.
A las 3:05 de la tarde dos aviones B-26 del capitán Crespo y del capitán Piedra de la Brigada, antes mencionados, que volaban desde la base Happy Valley de Puerto Cabezas, Nicaragua aparecieron sobre el cielo y reportaron a Erneido Oliva que habían observado unos cientos de soldados en 60 ó 70 vehículos, autobuses, camiones y jeeps que avanzaban hacia Playa Larga. Los dos aviones B-26 atacaron a las tropas enemigas con cohetes y bombas y disparando con las ocho ametralladoras de sus aviones hasta que se les acabaron las municiones.
Máximo Cruz después exclamó que “no quedó ni el gato” ya que sólo un pequeño grupo de este batallón sobrevivió. Los dos aviones de la Brigada, que habían agotado las municiones de sus ametralladoras y sus bombas y cohetes, giraron hacía Nicaragua cuando fueron atacados por aviones enemigos.
Como ya expliqué, un B-26 fue derribado por un T-33 y un Sea Fury del enemigo se estrelló en el mar. El otro B-26 muy averiado hizo un aterrizaje forzoso en el mar tratando de regresar a la base en Nicaragua. Los dos pilotos murieron. Los cuatro pilotos de esos dos aviones de la Fuerza Aérea de la Brigada fueron los primeros en ofrecer sus vidas apoyando a los soldados de la Brigada.
Esa tarde y noche se llevó a cabo la llamada Batalla de la Rotonda en Playa Larga. El segundo al mando de la Brigada, Erneido Oliva, al mando de 400 brigadistas con tres tanques M-41 derrotó a 2,000 soldados enemigos que atacaron con 22 tanques pesados Stalin y artillería de largo alcance de howitzers de calibre 122mm. Las tropas enemigas sufrieron 70% de muertos y heridos. Oliva capturó 200 soldados enemigos.
Los brigadistas lucharon arduamente en el frente de San Blas al norte de Playa Girón causando muchas bajas al enemigo. Al acabarse sus municiones retrocedieron hacia Playa Girón.
En Nicaragua ocho pilotos estadounidenses y sus tripulaciones, al ver que los pilotos cubanos no estaban en condiciones para seguir combatiendo contra aviones T-33 y Sea Fury después de días de intensa lucha, decidieron defender a los brigadistas que estaban siendo empujados hacia el mar por fuerzas enemigas muy superiores.
El martes 18 de abril, al ponerse el sol, seis B-26, tres de ellos tripulados por pilotos de los Estados Unidos de la Guardia Nacional de Alabama, sorprendieron a una enorme columna de tanques, cañones y tropas que cubrían casi toda la carretera de 16 millas de largo desde Playa Larga hacia Playa Girón. Los seis B-26 dispararon con sus ametralladoras, bombas y cohetes hasta que se les acabaron sus municiones y regresaron a Puerto Cabezas. Este ataque aéreo causó cientos de bajas al enemigo.
El martes por la noche del 18 de abril, seis B-26 de la Brigada intentaron destruir los aviones enemigos en el aeropuerto de San Antonio de los Baños, pero tuvieron que abortar la misión debido a una espesa neblina que les impidió hacer un ataque. Ese día un C-54 de la Brigada soltó en paracaídas ayuda militar sobre el aeropuerto de Playa Girón, pero desgraciadamente el viento se llevó los pertrechos hacia los pantanos.
El tercer y último día de resistencia, el 19 de abril, varios B-26 despegaron de Nicaragua rumbo a Bahía de Cochinos en un vuelo suicida de tres horas y 20 minutos de duración. En algunos de estos aviones iban pilotos norteamericanos y en los otros dos iban pilotos cubanos. Al B-26 del capitán Oscar Vega se le dañó el motor derecho mientras volaba hacia Cuba y tuvo que regresar.
Los dos aviones en donde se encontraban los pilotos estadounidenses fueron derribados pero ellos sobrevivieron. Cruelmente fueron asesinados después de ser capturados en Bahía de Cochinos. El avión de Gonzalo Herrera atacó a las tropas enemigas y Herrera oyó a los pilotos norteamericanos pidiendo ayuda al portaaviones Essex. Su B-26 fue atacado por el enemigo y 37 balas disparadas contra su fuselaje destruyeron uno de sus motores. Aun así, Herrera pudo volar unos metros sobre el nivel del mar y regresar a Puerto Cabezas.
Un C-46 de la Brigada, el cual era piloteado por Manuel Navarro, aterrizó en el aeropuerto de Playa Girón trayendo municiones y equipos de comunicación para la Brigada que se encontraba ya sin municiones para combatir al enemigo. Este avión rescató al piloto Matías Farías, futuro coronel de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Su B-26 había sido derribado el lunes 17 de abril y estaba herido. Su copiloto fue muerto por balas enemigas.
En total, seis bombarderos B-26 de la Brigada fueron derribados por la aviación castrista. Los portaaviones estadounidenses Essex y Boxer se encontraban en el área, unido a varios destructores y a otros barcos de la marina de guerra, pero tenía órdenes estrictas de Washington de no prestar ayuda a los invasores.
Los pilotos cubanos de la Brigada gritaban “Mayday, Mayday! … Have Castro jet on my tail … Request help!” (Mayday, Mayday!… Tengo un jet de Castro en la cola… ¡Pido ayuda!). Con gran frustración, el operador de radio del Essex respondía, “Sorry. Our orders are not to engage” (Lo siento. Nuestras órdenes son de no intervenir).
Sabemos que los pilotos norteamericanos lloraban de rabia por no poder ayudar a los brigadistas del aire y tierra. Al Comandante en Jefe de la Brigada 2506, José Pérez San Román, se le ofreció evacuar a los brigadistas pero él rehusó valientemente lanzando el grito de furia y rebeldía en Playa Girón el 19 de abril de 1981: “Jamás abandonaremos a nuestra patria”. Desde entonces y hasta el día de hoy, los brigadistas asumieron ese lema en su lucha contra el comunismo.
El almirante Arleigh Burke era Chief of Naval Operations o Jefe de la Marina de Guerra. En una recepción en la Casa Blanca le pidió a Kennedy que autorizara los aviones de los portaaviones para derribar a los aviones castristas. Kennedy rehusó diciendo que no quería involucrar a los Estados Unidos en Cuba. El almirante le dijo: God Dammit Mr. President we are already involved! We recruited, trained, and equipped these men! (¡Al diablo Sr. Presidente! ¡Nosotros reclutamos, entrenamos y equipamos a estos hombres!).
La falta de ayuda a la Brigada 2506 por el gobierno del presidente Kennedy fue un acto de extrema cobardía ya que su gobierno había reclutado, entrenado, equipado y enviado a valientes cubanos a rescatar a su patria del comunismo internacional y a proteger la seguridad de los Estados Unidos. No había ninguna razón para abandonar a los patriotas cubanos en las sangrientas arenas de la Bahía de Cochinos. ¡Indudablemente fue un acto de traición y negligencia criminal imperdonable y una gran infamia!
Foto donde aparecen de izquierda a derecha Erneido Oliva, Segundo al Mando de la brigada; José Pérez San Román, Comandante en Jefe de la Brigada 2506; Manuel Artime, enlace del Consejo Revolucionario Cubano a la brigada; y José Miró Cardona, presidente del Consejo Revolucionario Cubano saludando al presidente John F. Kennedy y a la Primera Dama a su llegada al Orange Bowl el 29 de diciembre de 1962. Tristemente, San Román se suicidó en Miami a los 58 años de edad.
El piloto estadounidense Leo Baker dio su vida por la libertad de Cuba.
El piloto estadounidense Riley Shamburger dio su vida por la libertad de Cuba.
El piloto estadounidense Thomas “Pete” Ray dio su vida por la libertad de Cuba.
Estos pilotos del Alabama National Guard que volaron sobre la Bahía de Cochinos el 19 de abril de 1961 habían entrenado a los pilotos cubanos y estaban furiosos al ver como su presidente dejaba morir a los brigadistas en Playa Girón. Un piloto americano, Nick Sudano, voló en combate junto al Teniente Coronel Joe Shannon y sobrevivió a un ataque de un T-33. Sin embargo, dos aviones tripulados por pilotos estadounidenses fueron derribados. Estos héroes fueron Thomas W. Ray, Riley Shamburger, Leo Baker y Wade Gray.
Sus nombres están grabados en bronce al lado de los pilotos cubanos que murieron en la batalla aérea del 15 al 19 de abril de 1961. Los héroes y mártires cubanos fueron Crispín García, Daniel Fernández Mon, José A. Crespo, Gastón Pérez, Eddy González, Osvaldo Piedra, Raúl Vianello, Lorenzo Pérez-Lorenzo, González Romero y José A. Fernández Rovirosa. Dos mecánicos de la Fuerza Aérea, Julio Caballero González y Julio Acosta Ruiz, murieron peleando en tierra y ambos son honrados con una placa de bronce en el monumento.
El piloto José Fernández Rovirosa murió a los 19 años y era camagüeyano y primo lejano de este escritor. Su pobre madre Graciela vistió de luto el resto de su vida y asistió a todos los actos de la Brigada. Su hermana Gracielita era del grupo mis amigas de mi juventud en Camagüey.
Al tercer día después del desembarco, los brigadistas que había combatido día y noche con gran valentía en los frentes de Playa Larga, San Blas y Playa Girón, se quedaron sin municiones y se enfrentaban a más de 60,000 soldados enemigos que estaban bien equipados con tanques Stalin, morteros y artillería pesada.
La Brigada de Asalto 2506 nunca se rindió y los brigadistas se internaron en los pantanos de la Bahía de Cochinos, donde algunos continuaron luchando mientras trataban escapar del enorme cerco tendido por el enemigo. Algunos brigadistas fueron asesinados al ser capturados por el enemigo y otros murieron en combate.
Después de ser liberados de las mazmorras de Cuba donde sufrieron torturas y golpizas, muchos brigadistas se convirtieron en exitosos trabajadores, militares, profesionales, empresarios, escritores, periodistas, educadores y políticos. Otros brigadistas continuaron luchando en contra del comunismo internacional en Cuba, el Congo, Centroamérica y Bolivia a través de los años.
Algunos trabajaron para agencias de inteligencia y 211 brigadistas entraron en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos como oficiales. Muchos de ellos sirvieron durante muchos años alcanzando los altos rangos de teniente coronel y coronel. Varios de estos oficiales pelearon duramente en la guerra de Vietnam y algunos de ellos murieron en combate o fueron heridos.
Entre los brigadistas que pelearon en la guerra de Vietnam se encontraba mi primo, el coronel José Raúl (Yayo) de Varona, el teniente coronel Modesto Castañer y el coronel Matías Farías. Erneido Oliva alcanzó el grado de Major General del National Guard. Muchos de los brigadistas ya han fallecido y los que vivimos seguimos todavía luchando por una Cuba libre, soberana y democrática tal como lo soñó nuestro Apóstol José Martí.
Monumento honrando a los patriotas que murieron en Bahía de Cochinos en la Pequeña Habana en Miami.